Los objetivos principales propuestos de la Fundación son de apoyar el desarrollo de la paz en el mundo, crear las condiciones para un sistema de educación de la paz interior a todos los niveles, y fomentar el intercambio cultual, espiritual y material entre Occidente y Oriente. Es su esencia, también incluye la promoción del diálogo entre la ciencia y la religión, que es una condición necesaria para el crecimiento humano, así como una reconciliación entre la espiritualidad y la económica y la política, es decir, una reconciliación entre los mundos materiales y no materiales.
La Fundación se centra especialmente en la difusión de la educación de la paz interior, y en el método de autocuración para el cuerpo, la mente y el medioambiente. Este método tiene sus raíces en la filosofía del budismo tántrico tradicional, que Lama Gangchen ha adaptado para la ajetreada sociedad moderna en que vivimos.
Lama Gangchen dedica su energía en particular al diálogo interreligioso, con la convicción de que, sólo con unir todas las energías positivas del planeta, tanto a nivel interior como exterior, podemos alcanzar la paz en el mundo. En 1995, para concretizar esta visión, escribió y presentó una propuesta para la creación de un foro permanente en el ámbito de las Naciones Unidas, el “Foro Espiritual para la Paz en el Mundo”– en el cual todas las denominaciones religiosas, sus dirigentes y representativos podrían reunirse para concertar acciones para la paz interior y mundial. Esto es un foro espiritual para identificar soluciones no materiales, que debe convertirse en el cuerpo principal de deliberar las soluciones más eficaces para los problemas interiores y exteriores de siglo – una expresión de la solidaridad humana para el siglo XXI.
Lama Gangchen Rinpoche en las Naciones Unidas
Desde el año 1995, la Fundación Lama Gangchen para la Paz en el Mundo ha promovido este concepto en todas partes del mundo, presentándolo a dirigentes religiosos y espirituales, jefes de estado y responsables políticos, a los Secretarios Generales de la ONU, Boutros Ghali and Kofi Annan, a embajadores, economistas, industrialistas, a organizaciones y instituciones espirituales y ecuménicas, a ONGs y destacadas figuras mundiales, y a muchos más. Todo esto en un esfuerzo dedicado para poder ofrecer a cada individuo y colectivo una invitación abierta para hacer “la mejor inversión para las generaciones futuras”, basada en un lenguaje común de la paz interior, y reforzando la necesidad para todo el mundo examinar con mayor atención su significado más profundo.
Basado en los principios de un interés y acuerdo mutual, se ha establecido varios grupos a nivel nacional y internacional para acomodar la existencia del Foro. En Nueva York, uno de estos grupos esta trabajando en un propuesta colectiva para exponer la idea de la Foro Espiritual y para justificar la necesidad de desarrollar la espiritualidad y de una cultura de paz dentro de la ONU. El trabajo se centra en promover y sensibilizar, y en influir a los legisladores a nivel mundial, para destacar y hacer relevante el mensaje de la espiritualidad para el siglo XXI.
La relevancia de la espiritualidad se está convirtiéndose en un tema de discusión en toda la sociedad. Hay necesidad de llevar la interdependencia global más allá de lo físico y material hacia un estado de mayor espiritualidad que conecta y crea la solidaridad entre toda humanidad.
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